Victima 1: Zoethenekito

Zoethenekito.

Soy una universitaria bastante independiente, vivo en las habitaciones que se rentaban en la misma universidad, mi habitación esta en el ultimo piso de la instalación, lo que me da cierta desventaja hablando de llegar a tiempo a clases, pero siendo honesta, no me importa. Todos los días me despierto temprano para salir, hacerme de comer, el aceo, el punto es que me preparaba para todo.

Soy una joven que empezó a vivir sola desde la adolescencia, pero eso no quiere decir que yo sea alguien que esta acostumbrado a cualquier trastorno de profundidad o la lejanía de creencia hacia la realidad.

Voy a contarte algo que me sucedió hace un par de días. Todo empieza cuando recién me mudé a esta habitación que rente en la universidad. Me instale en el pequeño espacio en donde voy a vivir por el momento; guarde mi ropa en los roperos y conecte mi ordenador y una televisión de pantalla plana, es una habitación de un sueño. Mi habitación era bastante increíble, las paredes eran bastante gruesas, la ventana con barrotes y mosquitero, la puerta de madera endurecida con tres candados y uno que solo se podía evadir con la llave que solo yo poseo y que también incluía una ventana pequeña circular que me permitía ver la persona desde adentro sin que el pueda mirar hacia adentro; en pocas palabras, nadie podría entrar a mi habitación sin que yo me de cuenta.

Después de horas de estudio y de haber dibujado algo para mi DeviantArt, el cansancio me atrapo y me rodeo en un abrazador sentido de querer descansar en mi nueva cama. Me acosté en ella y concilié el sueño. Desperté una hora después por un fuerte golpe que escuche afuera de mi habitación. No me dio mucha importancia, mientras no sea dentro de mi habitación, no había problema que me involucraba. Hasta que escuché un grito desgarrador desde afuera, claramente no podía quedarme callada, espere una segunda señal, porque los universitarios suelen hacer peleas durante la noche aprovechando la poca vigilancia de los guardias. Escuché el mismo grito pero esta vez, hizo que me doliera los oídos. Tome mi celular e intente llamar a emergencias, pero sin creerlo, no alcanzaba la señal.

Ya no soportaba mas los ruidos afuera de mi habitación, quería darle un alto a eso. Tome mi linterna y mis llaves, abriendo la puerta con prisa, mirando a todos lados sin poder identificar a una sola persona, solo el gran rastro de la oscuridad que cubría el gran pasillo. Mi linterna mantenía poca batería, así que tenia que mantener en brillo tenue.

Cerré la puerta al salir y estuve caminando con la linterna apuntando a todos lados, a cada rincón, no vaya a ser que alguien quiera gastarme una broma de mal gusto asustándome de la peor manera posible, pero se descarto después de mirar cada lugar del pasillo, en fin, los ruidos cesaron junto con los gritos, ya no había nada que temer, es hora de volver a la habitación a dormir.

Mi linterna termino apagándose, la batería ya se acabo, así que debo tener cuidado esta vez para no golpearme con la pared o con las perillas de las otras puertas. Camine, pero al darme cuenta de que una luz se mostraba frente a mí, era la... puerta de mi habitación. Corrí lo mas rápido que pude y ponerme al frente, no había nadie. Estaba suspirando y relajándome poco a poco, pero sigo sin entender como la puerta se había abierto si recuerdo que la cerré con el seguro superior. Entre a mi habitación, cerré la puerta con todos los seguros que tenia y me acosté en mi cama, pude dormir tranquilamente.

Volví a despertar tres horas mas tarde, pero esta vez, era por las ganas de hacer mis necesidades, me levante y me frote el rostro para arrebatar las lagañas de los parpados, abrí los ojos y mi respiración se corto con los ojos tan abiertos y con el corazón a punto de detenerse al ver que la puerta de mi habitación estaba abierta.

-¡¿Pero si que...!? ¡Oigan, esto no es divertido, quien me esta molestando ahora!- Dije gritando con todas mis fuerzas mientras encendía la luz, pero lo que me hizo quedarme atónita, fue que la puerta tenia los tres candados devorados, es decir, fueron mordidos con una fuerza sobrehumana, se podían detectar huellas de dientes alrededor de la puerta.

No se si me quería dar algún infarto o solamente tenia ganas de gritar por ayuda, pero seria un movimiento tonto pensando al principio que era un criminal, si yo gritara, seria un blanco fácil. Tome mi celular para activar su aplicación de linterna, lastima no era lo bastante potente. Salí de mi habitación y justamente al momento de tocar piso exterior a mi habitación, algo perturbador sentí, una respiración justo al lado derecho de mi. No quería voltear, observe a mi celular, el reflejo que se transmitía, solamente me podía reflejar a mi misma; gire lentamente la pantalla hasta ver lo que era. Dios mio, es la cosa mas horripilante que yo alguna vez haya visto. Ese rostro, ¿que cosa era eso? Era una especie de una cabeza gigante de un conejo con una sonrisa macabra, grotesca y estaba mirando fijamente hacia mi con los ojos completamente negros y con un punto rojo que deduzco que es como su pupila.

El grito no salia de mi cuerpo, solamente el reflejo de empezar a correr sin mirar hacia atrás. Escuchaba como esa bestia me estaba persiguiendo con una risa burlona y con un tono bastante grueso y siniestro, era muy difícil recordar los pasillos que cambiaban de dirección siendo perseguida. Cometí un error, no lo recordé, caí por las escaleras. Golpeándome una y otra vez con cada escalón hasta caer al piso inferior de donde estaba corriendo. Echada en el suelo, herida profundamente y con una respiración agitada. Abrí los ojos lentamente y lo único que pude apreciar, fue esa bestia que me estaba mirando con esa sonrisa. Perdí la consciencia.

Desperté en una habitación de hospital dos días después, estaba cubierta de vendajes y un yeso en el brazo derecho, estaba desvalida echada en una cama. Mire a mis alrededores y era una habitación completamente vacía y sin ventanas. Solo un par de muebles y una silla junto a la cama.

Se abre la puerta, pude ver entrar a una enfermera que le dio paso a usted, me haz preguntado y te he dicho todo lo que me sucedió.

-Zoe, ¿te haz dado cuenta de lo que me estas hablando?-
-Le juro que lo que he dicho es verdad, no estoy mintiendo.-
-Zoe, no quiero decir que no te creo pero, se me hace muy difícil creerlo.-
-¡Debes creerme, yo lo vi, tu sabes que no soy loca como para caerme de las escaleras a propósito!
-... No se que decirle a usted, Zoe.-
-Créeme, es verdad. Pero ahora tengo temor a algo mas.
-¿De que se trata?
-Que esa bestia busque a todos los que ahora sepan de su existencia... y eso le incluye a usted... San Román.-

~San Román.